Este post es la sexta parte de una serie que se llama “fe sencilla” que tiene el propósito de destacar los conceptos sencillos de la fe cristiana. Se puede ver los primeros posts por los siguientes enlaces: Fe sencilla, Dios, La Biblia, El pecado y la muerte, y Jesús.
“Soy un cristiano”. Esta declaración suena tan sencilla, pero puede tener diferentes significados por diferentes personas, algo que causa confusión. Uno quiere decir nada más que se ha crecido en una cultura cristiana y no es un budista o musulmán. Otro está tratando de diferenciarse de los católicos. Otro la está utilizando para hablar de su estilo de vida – sus razones para participar o no en ciertas actividades. Otros casi lo usan como un arma – un método para criticar, juzgar o atacar a otros. Con los usos diversos, puede ser una expresión confusa.
Entonces, ¿cómo cortamos toda la complejidad para llegar al corazón del cristianismo y qué significa ser un cristiano? Si miramos históricamente al concepto de la palabra, ser un cristiano significaba, sencillamente, ser un seguidor de Cristo. Eso captura mucha de la idea detrás del término, pero yo he decidido usar la siguiente frase para capturar el significado: Vivimos en relación con Jesús. Pero, ¿qué significa esta frase?
Creo que hay dos conceptos subyacentes que nos ayudan a entender la frase, y algunas prácticas importantes que nos pueden ayudar a vivirla. Pero al final, quiero agregar un testimonio personal de cómo se ve esto.
El primer concepto subyacente es esto: Ya que Jesús se resucitó de entre los muertos y fue al cielo para estar con Dios, él está vivo y puede guiar y interactuar con nosotros. Hablamos de los detalles prácticos de este concepto en un momento, pero cuando reducimos el cristianismo a solamente normas y reglas en vez de una relación, perdemos el aspecto interactivo que está en el centro del cristianismo. El cristianismo se trata de una relación, no de reglas.
El segundo concepto es que somos unidos con Dios (y Jesús) a través del Espíritu Santo. La Biblia nos enseña que cada persona que entra en un pacto (una relación) con Dios recibe el Espíritu Santo. Este Espíritu, alternativamente llamado el Espíritu de Dios o el Espíritu de Cristo, es quien nos permite a conectar con Jesús e interactuar con él.
Pero ¿cómo se ve esto a nivel práctico? Hay ciertos hábitos sencillos que han sido fundamentales para los cristianos a través de la historia. Las formas de estas prácticas son diferentes en diferentes culturas y tiempos, pero alguien que quiere vivir en relación con Cristo regresará a estas prácticas vez tras vez. Son tan sencillas que casi parecen aburridas o demasiado fáciles, pero la habilidad que tienen para impactar la vida son tan significante que nunca deben ser despreciadas.
- Leer la Biblia – Los cristianos siempre han creído que Dios puede hablar a nosotros, y que el método principal en que lo hace es a través de la Biblia. Creemos que el Espíritu Santo guió los autores de las Escrituras a escribir lo que necesitamos para conocer a Dios y vivir nuestra fe. También creemos que el mismo Espíritu Santo nos habla a través de esas palabras. Aunque el Espíritu nos puede hablar de muchas diferentes maneras (“susurros bajos” o sentimientos suaves, circunstancias, sueños, visiones, y aun una voz audible a veces), se nos dio la Biblia para ser la guía estable que nos ayuda a evaluar todos los otros métodos de escuchar el Espíritu Santo. Y he descubierto que entre más alguien acepta la Biblia como la Palabra de Dios y la toma en serio (cuando dice perdonar o amar a tu prójimo, lo hagas!), más refleja su vida el carácter y la persona de Jesús.
- Orar – La oración es un método dado a nosotros para escuchar a Dios y hablar con Él. Si creemos en tener una relación con Jesús, entonces la interacción es importante. Por supuesto, Dos sabe todo de nuestra vida, pero cuando oramos, intencionalmente perseguimos una relación con Él. Hay muchas diferentes formas de orar, pero el corazón de este hábito es el valor de interactuar con Dios.
- Reunir – Los cristianos siempre han reunido para alabar a Dios y crecer en su fe. Hay dos maneras principales para reunirse. La primera es en un grupo large, casi siempre los domingos, para alabar a Dios juntos, aprender y convivir. El formato puede variar mucho, pero el propósito es más o menos igual. La segunda manera de reunirse es en un grupo más pequeño, a menudo entre semana. Este formato sirve muy bien para personalizar las enseñanzas y aplicarlas a la situación particular de los individuos. Es una manera excelente de escuchar la voz de Dios a través del consejo de otros, y también de animarse los unos a los otros, desafiarse en crecimiento, y buscar juntos la voluntad de Dios.
- La Obediencia – Por supuesto, el propósito final de estas prácticas es vivir de la manera que Dios quiere que vivamos – tanto en general como en situaciones particulares donde él nos pide a hacer algo para bendecir y ayudar a otros. Leemos la Biblia, oramos, y nos reunimos para que podamos aprender a vivir como la gente de Dios y ser su representantes aquí en el mundo. Nuestra relación con Cristo debe tocar cada aspecto de nuestra vida – el trabajo, el ocio, la familia, las amistades, los pasatiempos, etc. Deseamos honrar a Dios por obedecerlo.
Pero seamos honestos – todo eso suena muy aburrido. Vamos a la iglesia, oramos, y leemos la Biblia. ¿Por dónde está la aventura? La aventura viene cuando realmente empezamos a implementar la parte de la obediencia. Por nosotros como familia, esto ha significado dejar nuestra vida cómoda en Canadá para ir a Costa Rica, y luego México, para servir en iglesias allá. La foto vinculado con este post es nuestra familia de paseo en un pueblo minera en México. El proceso de obedecer a Dios ha sido una aventura, ¡por no decir otra cosa!
Por supuesto, la mayoría no va a dejar su tierra natal para servir a Dios en otro país. Pero todos tenemos el llamado de ser obediente a Dios. Esto significa que no solamente oramos, leemos la Biblia y asistimos a la iglesia – significa que actuamos. Significa que salimos de nuestra zona de confort y amamos a otros como Jesús nos mostró. Significa que vamos a nuestro trabajo, pero también que oramos por nuestros compañeros de trabajo y les mostramos el amor de Jesús. Significa que llenamos nuestro tiempo libre no solamente con los pasatiempos divertidos, sino también con actividades que serán una bendición a otros. Significa que nos ofrecemos como voluntarios en el banco de comida, que visitamos a vecinos enfermos, que oramos con personas pasando por dificultades, que damos la bienvenida a los migrantes, que donamos dinero no solamente a la iglesia, sino también a otras organizaciones que necesitan ayuda. También significa escoger la disciplina y el servicio sobre las libertades y derechos en nuestra vida. Significa hacer sacrificios para seguir a Dios – sea construir un matrimonio fuerte en vez de involucrarnos en la pornografía or relaciones de corto plazo, o invertir más tiempo y energía en las vidas de tus niños, o trabajar menos para poder invertir en otras actividades (de Dios o de la iglesia), o enfrentar los pecados o traumas de tu vida para convertirte en la persona que Dios quiere que seas. Por eso yo enfoqué más en vivir en relación con Jesús. Es más que solamente ir a la iglesia y orar y leer la Biblia. Es vivir en a vida respondiendo a lo que Jesús nos dice. Y por ahí está la aventura.
Entonces, ahí está. Aunque es un desafío vivir como un cristiano, a la misma vez es muy sencillo. Vivimos en una relación con Cristo, escuchando su voz y tratando de obedecer lo que él nos dice y seguir dónde nos guía. Somos cristianos – seguidores de Cristo que viven en relación con él.
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