Viviendo la vida cristiana

Viviendo la vida cristiana

English Version

Este post es la sexta parte de una serie que se llama “fe sencilla” que tiene el propósito de destacar los conceptos sencillos de la fe cristiana. Se puede ver los primeros posts por los siguientes enlaces:  Fe sencilla,  Dios, La Biblia, El pecado y la muerte, y Jesús.

“Soy un cristiano”. Esta declaración suena tan sencilla, pero puede tener diferentes significados por diferentes personas, algo que causa confusión. Uno quiere decir nada más que se ha crecido en una cultura cristiana y no es un budista o musulmán. Otro está tratando de diferenciarse de los católicos. Otro la está utilizando para hablar de su estilo de vida – sus razones para participar o no en ciertas actividades. Otros casi lo usan como un arma – un método para criticar, juzgar o atacar a otros. Con los usos diversos, puede ser una expresión confusa.

Entonces, ¿cómo cortamos toda la complejidad para llegar al corazón del cristianismo y qué significa ser un cristiano? Si miramos históricamente al concepto de la palabra, ser un cristiano significaba, sencillamente, ser un seguidor de Cristo. Eso captura mucha de la idea detrás del término, pero yo he decidido usar la siguiente frase para capturar el significado: Vivimos en relación con Jesús. Pero, ¿qué significa esta frase?

Creo que hay dos conceptos subyacentes que nos ayudan a entender la frase, y algunas prácticas importantes que nos pueden ayudar a vivirla. Pero al final, quiero agregar un testimonio personal de cómo se ve esto.

El primer concepto subyacente es esto: Ya que Jesús se resucitó de entre los muertos y fue al cielo para estar con Dios, él está vivo y puede guiar y interactuar con nosotros. Hablamos de los detalles prácticos de este concepto en un momento, pero cuando reducimos el cristianismo a solamente normas y reglas en vez de una relación, perdemos el aspecto interactivo que está en el centro del cristianismo. El cristianismo se trata de una relación, no de reglas.

El segundo concepto es que somos unidos con Dios (y Jesús) a través del Espíritu Santo. La Biblia nos enseña que cada persona que entra en un pacto (una relación) con Dios recibe el Espíritu Santo. Este Espíritu, alternativamente llamado el Espíritu de Dios o el Espíritu de Cristo, es quien nos permite a conectar con Jesús e interactuar con él.

Pero ¿cómo se ve esto a nivel práctico? Hay ciertos hábitos sencillos que han sido fundamentales para los cristianos a través de la historia. Las formas de estas prácticas son diferentes en diferentes culturas y tiempos, pero alguien que quiere vivir en relación con Cristo regresará a estas prácticas vez tras vez. Son tan sencillas que casi parecen aburridas o demasiado fáciles, pero la habilidad que tienen para impactar la vida son tan significante que nunca deben ser despreciadas.

  1. Leer la Biblia – Los cristianos siempre han creído que Dios puede hablar a nosotros, y que el método principal en que lo hace es a través de la Biblia. Creemos que el Espíritu Santo guió los autores de las Escrituras a escribir lo que necesitamos para conocer a Dios y vivir nuestra fe. También creemos que el mismo Espíritu Santo nos habla a través de esas palabras. Aunque el Espíritu nos puede hablar de muchas diferentes maneras (“susurros bajos” o sentimientos suaves, circunstancias, sueños, visiones, y aun una voz audible a veces), se nos dio la Biblia para ser la guía estable que nos ayuda a evaluar todos los otros métodos de escuchar el Espíritu Santo. Y he descubierto que entre más alguien acepta la Biblia como la Palabra de Dios y la toma en serio (cuando dice perdonar o amar a tu prójimo, lo hagas!), más refleja su vida el carácter y la persona de Jesús.
  2. Orar – La oración es un método dado a nosotros para escuchar a Dios y hablar con Él. Si creemos en tener una relación con Jesús, entonces la interacción es importante. Por supuesto, Dos sabe todo de nuestra vida, pero cuando oramos, intencionalmente perseguimos una relación con Él. Hay muchas diferentes formas de orar, pero el corazón de este hábito es el valor de interactuar con Dios.
  3. Reunir – Los cristianos siempre han reunido para alabar a Dios y crecer en su fe. Hay dos maneras principales para reunirse. La primera es en un grupo large, casi siempre los domingos, para alabar a Dios juntos, aprender y convivir. El formato puede variar mucho, pero el propósito es más o menos igual. La segunda manera de reunirse es en un grupo más pequeño, a menudo entre semana. Este formato sirve muy bien para personalizar las enseñanzas y aplicarlas a la situación particular de los individuos. Es una manera excelente de escuchar la voz de Dios a través del consejo de otros, y también de animarse los unos a los otros, desafiarse en crecimiento, y buscar juntos la voluntad de Dios. 
  4. La Obediencia – Por supuesto, el propósito final de estas prácticas es vivir de la manera que Dios quiere que vivamos – tanto en general como en situaciones particulares donde él nos pide a hacer algo para bendecir y ayudar a otros. Leemos la Biblia, oramos, y nos reunimos para que podamos aprender a vivir como la gente de Dios y ser su representantes aquí en el mundo. Nuestra relación con Cristo debe tocar cada aspecto de nuestra vida – el trabajo, el ocio, la familia, las amistades, los pasatiempos, etc. Deseamos honrar a Dios por obedecerlo.

Pero seamos honestos – todo eso suena muy aburrido. Vamos a la iglesia, oramos, y leemos la Biblia. ¿Por dónde está la aventura? La aventura viene cuando realmente empezamos a implementar la parte de la obediencia. Por nosotros como familia, esto ha significado dejar nuestra vida cómoda en Canadá para ir a Costa Rica, y luego México, para servir en iglesias allá. La foto vinculado con este post es nuestra familia de paseo en un pueblo minera en México. El proceso de obedecer a Dios ha sido una aventura, ¡por no decir otra cosa!

Por supuesto, la mayoría no va a dejar su tierra natal para servir a Dios en otro país. Pero todos tenemos el llamado de ser obediente a Dios. Esto significa que no solamente oramos, leemos la Biblia y asistimos a la iglesia – significa que actuamos. Significa que salimos de nuestra zona de confort y amamos a otros como Jesús nos mostró. Significa que vamos a nuestro trabajo, pero también que oramos por nuestros compañeros de trabajo y les mostramos el amor de Jesús. Significa que llenamos nuestro tiempo libre no solamente con los pasatiempos divertidos, sino también con actividades que serán una bendición a otros. Significa que nos ofrecemos como voluntarios en el banco de comida, que visitamos a vecinos enfermos, que oramos con personas pasando por dificultades, que damos la bienvenida a los migrantes, que donamos dinero no solamente a la iglesia, sino también a otras organizaciones que necesitan ayuda. También significa escoger la disciplina y el servicio sobre las libertades y derechos en nuestra vida. Significa hacer sacrificios para seguir a Dios – sea construir un matrimonio fuerte en vez de involucrarnos en la pornografía or relaciones de corto plazo, o invertir más tiempo y energía en las vidas de tus niños, o trabajar menos para poder invertir en otras actividades (de Dios o de la iglesia), o enfrentar los pecados o traumas de tu vida para convertirte en la persona que Dios quiere que seas. Por eso yo enfoqué más en  vivir en relación con Jesús. Es más que solamente ir a la iglesia y orar y leer la Biblia. Es vivir en a vida respondiendo a lo que Jesús nos dice. Y por ahí está la aventura.

Entonces, ahí está. Aunque es un desafío vivir como un cristiano, a la misma vez es muy sencillo. Vivimos en una relación con Cristo, escuchando su voz y tratando de obedecer lo que él nos dice y seguir dónde nos guía. Somos cristianos – seguidores de Cristo que viven en relación con él.

Jesús

Jesús

English Version

Este post es la quinta parte de una serie que se llama “fe sencilla” que tiene el propósito de destacar los conceptos sencillos de la fe cristiana. Se puede ver los primeros posts por los siguientes enlaces:  Fe sencilla,  Dios, y La Biblia, y El pecado y la muerte.

Nota: Escogí la foto arriba porque muestra una imagen “tradicional” de Jesús y un modelo de cómo se probablamente veía a Jesús basado en las características estándares de la gente semítica de esa época. A veces tengo problemas con la imagen “perfecta” (y muy caucásico) de Jesús que usamos. Este no es el enfoque de este post, pero me parece interesante. Por una descripción breve de cómo se probablamente veía Jesús, y cómo se vestía, etc., se puede leer este artículo breve de la BBC.

En esta parte de la serie de “fe sencilla”, llegamos al corazón del cristianismo – la persona y la obra de Jesús. 

Las opiniones en cuanto a Jesús son muchas y variadas. Cristianos dicen que él es divino – el hijo de Dios. Otros creen que era una persona histórica, pero sus opiniones varían mucho desde ahí – un místico espiritual? un maestro de sabiduría (un sabio)? un obrador de milagros? un profeta o maestro que fue malentendido por sus seguidores, quienes “mejoraron” sus enseñanzas y historias para hacerle el hijo de Dios? Hay muchas opiniones. Aun hay un grupo (aunque pequeño) que declara que él nunca existió.

Con todas estas perspectivas diferentes, puede ser muy complejo entender quién es Jesús. Hay un sinnúmero de tomos y cantidades inmensas de tinta usada para tratar de explicarlo. Pero también puede ser muy sencillo entender quién era Jesús. Lo he dicho así: Dios se hizo humano en la persona de Jesús para pagar el precio por nuestros pecados y restaurar nuestra relación con Dios. Examinamos esta idea brevemente.

¿Una vez has mirado a un animal, tal vez un perro, y deseado comunicarte con ello? Eso sería increíble. Definitivamente la manera más fácil para hacerlo sería convertirse en ese animal. Por hacer eso, podrías comunicarte con ello, y ello contigo. Aunque esta no es una analogía perfecta, básicamente, esto es lo que dice el cristianismo que pasó. Dios se hizo humano. Jesús era completamente humano – nació, creció, comía, dormía, caminaba por aquí y por allá, y eventualmente murió como cualquier otro humano.

Pero a la misma vez, era Dios, mostrado por lo que él hacía y decía. Lo vemos en varias maneras – uno piensa automáticamente en las curaciones que hacía, los demonios que echaba, y su control sobre la naturaleza. Pero aparte de esas cosas, también lo vemos haciendo otras cosas que pertenecen a Dios – perdonar los pecados, aceptar alabanza, declararse el Señor del sabbat, hablar como si sus palabras fueran más definitivas y autoritarias que las Escrituras judías (el Antiguo Testamento), referir a Dios como su Padre (en vez de “nuestro padres” como evidentemente hacían los judíos), etc. Y sus declaraciones en el libro de Juan son aun más definitivas – yo soy el camino, la verdad y la vida…, yo soy la resurrección y la vida…, yo soy el pan de vida.., el Padre y yo somos uno…, antes de que Abraham naciera, Yo Soy [el nombre judío por Dios]….

Y obviamente, hay la resurrección. Esta es el factor clave del cristianismo – el momento cuando Jesús mostró que era más que un profeta sencillo o un sabio. Claro, uno no puede evitar que la fe sea necesaria para creer que él resucitó, pero definitivamente es la explicación más sencilla por el surgimiento del cristianismo. Cualquier otra explicación nos requiere a ignorar o revisar los evangelios que tenemos (para eliminar la divinidad de Jesús) o crear otras teorías complicadas para explicar el nacimiento del cristianismo. Y aunque es obviamente difícil creer que alguien resucitó de entre los muertos, no es más difícil que creer que Dios existe o que él se hizo humano.

Pero no es solamente su existencia y naturaleza que son importantes. La ultima vez hablamos de que nuestros pecados tienen consecuencias. Aunque nos enfocamos principalmente en las consecuencias destructivas (internas y externas), también hay que mencionar que los pecados casi siempre traen alguna forma de castigo. Si un niño dice una mentira y sus padres se dan cuenta, lo van a castigar. Si un empleo roba de su compañía y sus jefes se enteran, va a ser castigado (probablamente despedido!). Y alguien que comete un crimen va a ir a la cárcel. Aunque el castigo inicialmente se dirige a corregir, eventualmente, si el problema no se rectifica o cambia, el castigo se convierte en algo permanente – sea la pérdida de una relación o el empleo, encarcelamiento de por vida o aun (en algunos lugares), la ejecución. No estoy argumentando a favor o en contra de cualquier forma de castigo, solamente estoy reconociendo lo que todos sabemos: el comportamiento malo tiene consecuencias – el castigo. Uno no puede permitir a alguien a seguir con su comportamiento malo sin corrección. Y si ellos niegan a cambiar, tarde o temprano, es necesario quitarles de tu presencia o de la sociedad. De igual manera, el cristianismo sostiene que nuestros pecados merecen ser castigados, que es completamente constante con nuestro sentido de justicia. Esperamos esto de nuestros padres o liderazgo, entonces ¿por qué no de Dios? Pero la buena noticia de Jesús es que él mismo, que no mereció el castigo, lo tomó por cada uno de nosotros.

De cierta manera, esto parece difícil de comprender, pero en la realidad, conocemos bien este concepto. ¿Quién no ha visto una película o leído una historia donde una persona se sacrifica o por el beneficio de otros? De la misma manera, conocemos el concepto de una persona aceptando el castigo por otro (algo muy similar). Aunque la regla general es que cada persona debería pagar por sus propios pecados, reconocemos que a veces, sobre todo cuando el pecado es demasiado fuerte, tanto el castigador como el sentido de juicio se puede satisfacer a través de alguien ofreciéndose a sí mismo de parte de otro, pagando la multa o aceptando el castigo.

Esto es lo que encontramos en la historia de Jesús. Por amor, él se ofreció para tomar nuestro castigo. Y Dios derramó su ira y su castigo sobre él. Al hacerlo, se sirvió justicia. Pero por tomar este castigo por sí mismo en la persona de Jesús, Dios fue tanto el castigador como el castigado. Hemos visto y entendido el amor de Dios, y también su ira hacia el pecado.

(Como nota aparte, pero una importante, la ira es la emoción apropiada hacia el pecado. Piensa en cómo nos reaccionamos como padres cuando uno de nuestros hijos nos desobedece, sobre todo si lastima a otro de nuestros hijos. Nos enojamos. El pecado destruye a nosotros, a otros, y a las relaciones que tenemos, y tenemos razón como padres enojarnos y castigarlos de manera apropiada. Igualmente, Dios expresó su disgusto hacia el pecado y derramó su ira sobre Jesús, también prometiendo ira en el juicio final en el futuro por los que no se arrepientan. Odiamos la idea de la ira cuando hablamos de Dios, pero estamos muy rápidos a vivenciar (y justificar!) la ira cuando otros nos ofendan a nosotros. ¡Exigimos la justicia! Croe que somos muy hipócritas exigir algo diferente de Dios.)

Entonces, ya que se ha servido la justicia, podemos entrar en una nueva relación con Dios. Dios siempre ha querido vivir en relación con nosotros, pero nuestro pecado ha interferido – ha servido como una barrera de culpa de nuestra perspectiva, y una barrera de justicia desde la perspectiva de Dios. Jesús quitó esas barreras. Se ha servido la justicia, y ahora podemos libremente entrar en la presencia de Dios con confianza porque alguien ha pagado el precio por nuestro pecado.

Tal vez esto se complicó de nuevo, entonces regresamos a lo sencillo. Dios. Se hizo humana en Jesús. Jesús restauró nuestra relación con Dios por quitar las barreras de justicia y culpa, levantándose de entre los muertos para mostrar que él tiene poder aun sobre la muerte. Entonces podemos vivir en una relación con Dios sin temor de castigo y la muerte, y con confianza en la promesa de vida eterna. En mi último post, concluí por decir que yo necesitaba ayuda con el problema del pecado. En este post, vemos que Dios proveyó la ayuda necesaria.

Y esa es la historia sencilla a que podemos agarrar en medio de un mundo complejo y pecaminoso.

La Biblia

La Biblia

English version

Este post es la tercera parte de una serie que se llama “fe sencilla” que tiene el propósito de destacar los conceptos sencillos de la fe cristiana. Se puede ver los primeros dos posts aquí y aquí.

Antes de seguir con los conceptos sencillos, vale la pena tomar un momento para hablar sobre la Biblia, ya que la Biblia es la fundación de la historia cristiana. Por ser tan importante, este post probablamente será el post más largo de esta serie.

La Biblia ha sido la víctima de ataques interminables durante el curso de los siglos anteriores. Ha sido burlado como un mito, atacado como un libro sin precisión histórica, designado como nada más otro libro espiritual, o visto como un producto meramente humano. Decir que el asunto es complejo sería correcto, pero también subestima dramáticamente la realidad. Dado la complejidad, y sin entrar en mucho detalle, ¿qué puedo decir sobre la Biblia?

  1. Históricamente, es más o menos confiable. Digo “más o menos” porque hay muchas preguntas históricas, y esas preguntas reciban mucha atención – la historia de la creación, el narrativo del diluvio, el éxodo de Egipto, el nacimiento de Jesús. Son preguntas entendibles y importantes. Pero a pesar de ellas, tenemos que notar unas cositas:
    a) Hay much evidencia a favor de la historicidad de la Biblia. Se han encontrado varias ciudades, y todavía están descubriendo cosas utilizando la Biblia. Hay mucha evidencia a favor de las personas, eventos y lugares históricos de la Biblia. Hay preguntas, sí, pero ellas son pocas en comparación con lo que es confirmado.
    b) Muchas de las preguntas tienen que ver con la historia más antigua. Con razón, entre más te alejes del presente, más preguntas surgen. Y hay mucho que está discutido – pero hay poco o nada que se puede mostrar es claramente incorrecto (a pesar de las declaraciones de muchos). La historia anciana es complicada.
    c) Los escépticos se muestran equivocados constantemente. Vez tras vez, cuando uno está haciendo investigaciones históricas, se encuentra el comentario que “los historiadores no creían que tal y tal lugar, o persona, o título, o grupo existía como dice la Biblia, pero descubrimientos recientes muestran que de hecho sí, existían”. Este patrón hace que sea un poco difícil tomar en serio los escépticos. Prefiero esperar más evidencia y análisis. También, hay que reconocer que la arqueología es todavía una ciencia joven y la interpretación de evidencia puede ser un poco (a veces) subjetiva.
  2. La mayoría de escépticos (y la mayoría de gente) tiene un prejuicio anti-sobrenatural. Yo entiendo esto muy bien, pero la Biblia es un libro muy sobrenatural. El resultado es que muchos ignoran lo que la Biblia dice nada más porque trata con eventos sobrenaturales – sobre todo en la vida de Jesús. Y aunque entiendo este prejuicio, no es un buen punto de partido para hacer una investigación honesta y abierta.
  3. La Biblia require fe. No hay ninguna manera de mostrar definitivamente las partes que hablan de Dios. La historicidad confiable nos da un nivel de confianza (si es confiable sobre eventos históricos, es más probable que sea confiable en cuanto a las partes sobrenaturales), pero al fin de cuentas, creerla require fe. Nosotros (los cristianos) creemos que esta fe es una fe razonable (no una fe ciega o tonta), no solamente debido a la fiabilidad histórica, sino también por otros factores como la presencia casi unánime de la espiritualidad y la moralidad en los humanos, la comprensión de la historia que la Biblia nos cuenta, y la explanación que nos da de la vida. Pero al final del día, todavía es un asunto de fe.
  4. El carácter revelado de Dios es bueno. Muchos se enojan con Dios por sus juicios fuertes, pero yo veo tres cosas importantes en su carácter:
    a) Su amor. Desde la creación de un mundo bueno para la humanidad, hasta su paciencia con nuestro pecado, hasta su fidelidad a pesar de nuestra infidelidad, hasta el perdón completo y vida eterna que nos ofrece a través de Jesús, el amor de Dios brilla en las páginas de la Biblia.
    b) Su justicia. Dios odia el pecado. Cuando se enoja, es debido a la pecaminosidad de los humanos y la destrucción que esta trae a la vida. Y Él no lo ignora – Él responde al pecado. Vemos esto en varias historias donde Dios condena el pecado y castiga el mal, y los pasajes donde Él promete la justicia perfecta en el futuro. También tengo que mencionar que nosotros no tenemos ningún problema con la justicia cuando alguien nos ofenda a nosotros. Clamamos por la justicia cuando alguien nos lastima. Entonces es un poco injusto enojarnos a Dios cuando Él castiga a alguien por sus pecado o cuando el amenaza a los malvados (incluso nosotros) con justicia.
    c) Su imparcialidad. A veces la justicia de Dios da la impresión que Él mismo es un malvado, pero cuando lo vemos junto con sus advertencias constantes, su paciencia extrema (espera a veces décadas o aun siglos antes de actuar), sus ruegos a la gente que se arrepientan (y su tendencia de girar desde enojo a perdón en un instante cuando alguien lo hace), vemos la situación un poco diferente. Hay justicia, pero solamente cuando no hay otro recurso y cuando los objetivos de su ira rehusan a cambiar. También la Biblia habla mucho de que Dios juzga a nuestro corazón y nuestras acciones (que normalmente fluyen de nuestro corazón), entonces hay mucha evidencia que Él es un juez justo y imparcial, y no un tirano que demanda la perfección.
  5. Jesús. El centre del cristianismo es la persona y la historia de Jesús. Hay mucha evidencia que él existió y murió. También hay muchas razones para creer en su resurrección, pero eso necesitaría otro post complicado. Hay argumentos contra la resurrección, pero en mi opinión, esos tienen mucha conjetura y sufren de la presuposición que la Biblia está equivocada (en vez de mostrar que es así). La explicación más sencilla por el surgimiento de cristianismo, por el cambio radical desde un teología judía a una teología cristiana, y la disposición de los primeros discípulos a abandonar todo para proclamar esta nueva fe es que Jesús de veras resucitó de la muerte, algo que radicalmente cambió su vida.
  6. Es diferente de cualquier otro libro religioso. Otra vez, esto llevaría mucho tiempo para argumentar, pero para mí, hay dos puntos claves. El primero es la precisión histórica y la cohesión de la enseñanza a través de dos milenios de historias. El segundo es la persona de Jesús y sus declaraciones. Otra vez, esto no es una prueba, pero creo que el mensaje que nos da la Biblia y la cosmovisión que se presenta es diferente de cualquier otro libro “santo”. (Pero reconozco que a veces hay similitudes, sobre todo en cuanto a algunos puntos éticos.)
  7. La enseñanza ética es muy fuerte. Claro hay ideas con que no todos están de acuerdo, y algunas que son un poco difícil a entender. Sin embargo, por lo general, cuando leo las listas de cosas que debemos o no debemos hacer, es muy obvio por qué, y seguir las enseñanzas de la Biblia ayuda mucho a evitar dolores de corazón y problemas.

Hay much más que se puede decir, pero quiero que este post sea lo más sencillo posible, entonces por ahí termino.

Entonces, ¿hay preguntas en cuanto a la Biblia? Claro! Hay un montón de preguntas de muchas diferentes perspectivas y campos. Pero al final del día, la Biblia me da una historia en cuanto a la humanidad que tiene sentido, y que me permite encontrar mi lugar en ella. Me muestra un Dios que puedo amar, pero también quien merece mi respeto y aun temor (en el sentido apropiado, de Alguien mucho mayor que yo) – Alguien que está digno de alabanza, sobre todo cuando miro a la persona de Jesús.

Es sencilla. A pesar de las preguntas que siguen en pie, creo que la Biblia es una guía confiable para conocer a Dios y vivir una vida justa (y buena).

Dios y Nosotros

Dios y Nosotros

English Version

Dios nos creó en su imagen, con el fin de tener una relación con Él.

Como mencioné en mi post anterior, hay dos métodos de pescar. Uno es complicado – un montón de equipo, mucha práctica, viajes especiales, un estudio profundo de cómo pescar y los hábitos de los peces, y la inversión de mucho dinero y tiempo. El otro método es muy sencillo – agarrar una caña, una línea y un anzuelo, y ponerse a la orilla del agua. Los dos métodos son buenos y tienen valor, pero son diferentes.

Nuestra sociedad demanda explicaciones complicadas por todo – incluso el cristianismo. Hay que explicar, explicar, y explicar – contestar los criticismos, mostrar pruebas, defender todos los detalles. Vivimos en la época de información, entonces todos quieren más información – una explicación completa y pruebas definitivas. Esto puede abrir la puerta a muchas conversaciones increíbles y dar muchas respuestas muy satisfactorias. Sin embargo, también puede robarnos del gozo de la historia sencilla de nuestra fe.

Entonces, ¿cómo capturamos de nuevo la simplicidad del cristianismo?

Creo que la respuesta también es sencilla: nos enfocamos en las ideas grandes de nuestra fe y soltamos la necesidad de explicar cada detalle. Otra vez, no estoy sugiriendo que estos detalles no importen y que no sean interesantes, pero por enfocar tanto en los detalles, perdimos las verdades sencillas que nos pueden traer gozo y paz. Hoy, quiero enfocarme en dos ideas grandes.

La primera es esta: Que Dios existe.

La opinión intelectual de nuestra sociedad es que esta idea es tonta, cuando en realidad es muy lógica. La complejidad, por su naturaleza, implica la presencia de inteligencia, entonces un mundo compleja implica una inteligencia suprema. Los morales son intrínsecamente relacional, entonces no es ilógico suponer que la presencia de morales indica una persona – Dios – detrás de ellos. Lo niños parecen a sus padres, entonces no es ridículo pensar que la humanidad tiene semejanza a Alguien mayor que nosotros. No es posible por “nada” crear a algo, entonces cuando vemos un universo con un principio, tiene sentido pensar que algo – o mejor dicho Alguien (ya que cosas tampoco tienen poder para crear) – lo inició. La humanidad muestra una inclinación hacia la veneración, y si no la veneración, por lo menos busca un significado más allá de nosotros, la cual nos apunta hacia una fuente de vida y un significado fuera de nosotros.

Claro, todas estas cosas no son “pruebas”, pero esto no es mi objetivo con este post. Mi punto es nada más mostrar que la existencia de Dios tiene sentido. Es más el caso que nuestra sociedad (o por lo menos un grupo en nuestra sociedad) ha declarado que esta idea es ilógica que los hechos lo han mostrado. No hay una razón convincente para no creer en Dios.

Las implicaciones de su existencia son notables y sencillas. Hay alguien que tiene control. Hay alguien que está encargado de este mundo y esta vida. Entonces como un niño puede descansar en paz porque sabe que sus padres son presentes y cuidándolo, también nosotros podemos descansar en paz, porque sabemos que hay un Dios supervisando toda la humanidad, aún cuando nos da la libertad de tomar nuestras propias decisiones. Cuando la vida siente fuera de control, cuando no sabemos qué está pasando, cuando nos toca la tragedia o cuando la vida va bien, podemos descansar con la confianza que hay Uno que sabe todo y que está encargado de todo. Esa es la paz.

La segunda idea que afirmamos es esta: que Dios nos creó de su propia imagen y que tenemos valor intrínseco. 

La humanidad es muy compleja y muy desarreglada. Pero también somos valiosos y especiales. Las Escrituras nos describen como creados en la imagen de Dios – somos como Él. De ciertas maneras, hemos capturado un poco esta idea en la sociedad occidental, donde proclamamos (pero no siempre vivimos) el valor de todos, sin importa su edad, raza, sexo, nacionalidad, estatus económico y aun sexualidad. Desafortunadamente, contradecimos este mensaje del valor de la humanidad por la enseñanza que los humanos no son nada especial, somos nada más primates avanzados, y que no hay un significado cósmico por nuestra vida. Lo que afirmamos en un aliento, quitamos en el siguiente.

En cambio, el cristianismo enseña que tenemos valor porque reflejamos a Dios mismo. No somos nada más animales super inteligentes. También nos enseña que nuestras vidas tienen un significado, y que fuimos creados por un propósito (trabajar en y gobernar este mundo) y, a fin de cuentas, para estar en relación eternamente con Dios y con otros. Cada persona, desde los no nacidos a los ancianos, los enfermos a los de buena salud, los pobres a los ricos, y cada variación posible, tiene valor increíble. Y el corazón de la Biblia es la historia de Jesús – que Dios mismo vino como humano para identificar con nosotros, para vivir en este mundo como uno de nosotros, y para resolver el problema de la muerte que nos enfrenta (un tema que viene). Es muy claro que Él quiere tener una relación con nosotros – es el propósito por el cual nos creó.

Entonces, afirmamos dos ideas sencillas que nos pueden dar gozo y paz tremendo:

Dios existe y está en control.

Tú eres especial y amado – creado en la imagen de Dios para tener una relación con Él.

Permite que esas ideas profundizan en tu corazón.